Al igual como ocurre con la industria de telefonía móvil, la portabilidad financiera nace para flexibilizar el mercado financiero. A días de su puesta en marcha, aprende en qué consiste, por qué es tan importante y cuándo conviene solicitarla.
Si bien la Ley que Regula la Portabilidad Financiera fue aprobada el 9 de junio de 2020, requirió un plazo de 3 meses para que todos los actores de la industria fueran informados respecto de cómo operará en la práctica y pudiera asegurarse su puesta en marcha.
Es que no serán solo los bancos las únicas entidades en adoptar la nueva normativa, sino que también las compañías de seguros, agentes administradores de mutuos hipotecarios, cooperativas de ahorro y crédito, cajas de compensación y, en general, cualquier institución regulada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
¿Cuál es el propósito detrás de la iniciativa?
Como señala el Gobierno, la ley tiene como objeto aumentar la competencia en el mercado, reducir significativamente los costos y tiempo de los trámites de cambio de institución financiera, y permitir que las personas accedan a productos y servicios financieros bajo mejores condiciones.
Al igual como ocurre con la industria de telefonía móvil, la iniciativa nace para que tanto las personas naturales como las microempresas (UF 2.400) y Pymes (UF 25.000), se cambien fácilmente de una institución financiera a otra, mediante un formulario que debe ser facilitado por cada entidad, el que además podrá tramitarse de forma presencial u online.
Es sin duda, un gran salto que experimentará la industria. Por eso te recomendamos conocer todo sobre la portabilidad financiera.
1. En qué consiste y qué cambia puntualmente
Cuando se habla de la facilidad con que las personas y empresas podrán cambiarse de una entidad a otra, a lo que se refiere la nueva normativa es a que el traslado de los distintos productos financieros significará menos costos y esfuerzo.
Según expone esta nota de La Tercera, hasta ahora es el cliente quien debe realizar la totalidad de los trámites correspondientes al cambio de proveedor financiero, pero con la Ley de Portabilidad será el nuevo proveedor quien realice estas gestiones a nombre del cliente.
Además, cuando se trate de refinanciar créditos de bienes tangibles como propiedades o vehículos, se reducirá el costo de refinanciamiento en un 60%, mientras que el tiempo en trámites disminuirá en un 40%, pudiendo hacerse en aproximadamente 30 días menos.
Otros aspectos que contempla la portabilidad financiera son:
Transparencia en la información
Actualmente, si una persona quiere cotizar un crédito hipotecario, no cuenta con el sistema donde comparar todas las alternativas disponibles, dado que cada institución entrega información acorde a sus objetivos comerciales.
En este sentido, la nueva ley les exige extender un formato estándar de sus productos para que las personas comparen con mayor facilidad la totalidad de costos, intereses y comisiones correspondientes a cada producto que se esté cotizando.
Totalidad de productos financieros
Los productos financieros que podrán trasladarse de una institución a otra son: cuentas de ahorro, corriente y vista; chequeras electrónicas, líneas de crédito, tarjetas de débito y crédito, y créditos de consumo, comerciales, automotrices e hipotecarios.
Subrogación especial de créditos
Cuando se trate de créditos hipotecarios o automotrices, no solo se reducirá el costo y tiempo de los trámites asociados a su cambio, sino que la nueva institución financiera pasará a ser beneficiaria de la garantía una vez pague a la entidad inicial y sin necesidad de alzar ni constituir un nuevo documento.
2. Por qué es relevante
Primero, porque no solo posibilita y regula la portabilidad financiera, sino que transparenta los procesos de cambio de productos, especificando los pasos a seguir, plazos, formalidades y documentos a entregar. De esta manera, las personas pueden decidir si portarse o no, con pleno acceso a la información.
En este sentido, es una iniciativa que fortalece la protección al consumidor, pero también promueve la inclusión financiera al impulsar la competencia entre las distintas entidades.
Además, desde el Ministerio de Hacienda han declarado que, una vez comience su puesta en marcha, es muy probable que ocurra una baja en las tasas de interés, así como en los costos de refinanciamiento, más allá del 60%.
3. Cuándo conviene solicitarla
Si desde hace tiempo vienes pensando en cambiarte de institución financiera, sin embargo, no podías hacerlo por tus compromisos de deuda, entonces esta es una gran ocasión para concretarlo, sobre todo si otra entidad te ofrece mejores condiciones de pago.
Incluso si solo quieres salir a ver qué te ofrece el mercado, basta con que le pidas a tu actual entidad financiera un certificado de liquidación -totalmente gratis-, con el cual puedes ir donde nuevos acreedores para que estos te hagan sus respectivas ofertas.
También conviene hacer la solicitud en el caso que, al trasladar un producto como créditos de consumo, automotrices e hipotecarios; la nueva institución, a diferencia de la antigua, ofrezca opciones de refinanciamiento y la flexibilidad necesaria para que las personas modifiquen el plazo o la tasa de interés del préstamo.
Debido a su diseño, la portabilidad financiera es también una excelente oportunidad par que ordenes tu dinero.
¿Estás listo para ser parte del cambio?
Tanto si eres persona natural como jurídica, debes saber que esta ley nace precisamente para ayudarte a ti.
Y es que considerando que gran parte de la población tiene productos y servicios financieros activos, la portabilidad financiera es una iniciativa que no solo traerá grandes beneficios, sino que con seguridad impulsará muchas otras mejoras en la industria.
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