¿Con las deudas hasta el cuello?
Hay un conjunto de pasos obligatorios que toda persona sobreendeudada puede seguir para salir adelante y encontrar alivio.
Son simples y sencillos de hacer. El verdadero desafío es seguir adelante con cada uno y terminar el ciclo habiendo detectado el problema y con la verdadera intención de implementar la solución.
Cabe reconocer que salir de una deuda es un proceso más difícil y lento que endeudarse. Es un camino largo aunque posible de realizar siempre que el deudor esté dispuesto a hacerlo.
¡Manos a la obra!
1. Inventario de deudas
Consolidar primero todas las deudas en orden cronológico en un solo listado ofrece claridad sobre la verdadera envergadura del problema.
La idea es contabilizar todo, desde el crédito hasta la deuda en la cuenta de la luz. Es preciso saber los tiempos que le quedan a cada deuda, las fechas de pago, y el modo de cancelación pactado (cuotas, mitad y mitad, en bloque, etc.)
2. Inventario de ingresos
Consiste en reconocer todos los ingresos que tenga la persona. Desde el sueldo hasta el dinero ahorrado en depósitos a plazo o fondos mutuos, todo vale.
Incluso la devolución de impuestos que hace el Servicios de Impuestos Internos (SII) todos los años.
3. Conocer la verdadera liquidez
Hechos ambos inventarios, llegó el momento de saber realmente cuánto dinero tiene la persona para pagar deudas.
Del inventario de ingresos, hay que descartar todo dinero usado para pagar los gastos: cuentas de servicios básicos, telefonía, arriendo o dividendo, bencina del auto, televisión por cable, hasta Netflix. Estos gastos incluyen el pago del seguro del auto así como otros seguros y obligaciones legales; en el caso de los trabajadores independientes, el pago de la AFP y la Isapre, por ejemplo.
4. Reconocer los ahorros
Con este inventario, hay que separar el dinero que está siendo destinado a ahorro u alojado ya en productos financieros de ahorro (depósito a plazo, fondo mutuo, APV o Cuenta 2).
Con esta limpieza de liquidez, la persona verá una verdadera radiografía de sus deudas y del dinero disponible para pagarlas.
A nadie le gusta lo que ve después de hacer este ejercicio. La mayoría de las veces deja en evidencia mucho más que las deudas:
- Mala organización financiera
- Bajos ingresos
- Baja capacidad de ahorro
- Adicción al consumo
- Fraude o desfalcos
Lo primero que hay que evitar es entrar en pánico. Las deudas son reparables siempre y cuando la persona esté dispuesta a seguir los siguientes pasos:
PEDIR AYUDA
Ideal sería que el deudor avise con tiempo que tiene problemas para buscar alguna solución, pero eso ocurre muy pocas veces.
Para cuando se da cuenta de que no tiene dinero para pagar, son pocas las alternativas disponibles.
Es por eso que todo deudor debe tener una línea directa con sus acreedores, que son las personas o instituciones a las que se le debe dinero. Ellos están esperando que les paguen según lo acordado.
Lo primero que debe hacer la persona sobreendeudada es acercarse a su acreedor y consultar cuáles podrían ser sus nuevas alternativas de pago.
Mejor adelantarse a la agencia de cobranzas y negociar con los acreedores una nueva fecha de pago y renegociar los montos del crédito lo mejor que pueda.
Este paso incluye separar las aguas entre las deudas; evaluar la posibilidad de pagar las más pequeñas y renegociar los tiempos de las más grandes.
Dado que dio el aviso demasiado tarde, el deudor deberá tener en cuenta que el acreedor le ofrecerá más tiempo pero a una nueva tasa de interés más alta. Es una cosa por otra.
Mientras antes reaccione, el deudor podrá renegociar mejores términos.
Otro resultado positivo es que si el deudor logra pagar la deuda dentro del nuevo tiempo estipulado, su historial financiero no resultará tan dañado.
COMPROMETERSE BIEN
Si los acreedores aceptaron reorganizar la deuda con nuevas fechas de pago, montos y tasas, el deudor debe empezar esta nueva etapa en buen pie.
Debe comprometerse sólo dentro de sus capacidades.
- Nada de distracciones o novedades que pueden prometer mucho pero que pueden distraer. Esto incluye cuidar el trabajo hasta salir del embrollo financiero, o bien buscar un empleo que ofrezca mayores ingresos para tener más holgura para cumplir con los pagos.
- Esto no significa dejar pasar oportunidades, pero el deudor deberá estudiar bien los retornos que éstas le ofrecen; enfocar esfuerzos en aquellas que le darán dinero dentro de los nuevos plazos de pago.
- En el caso de trabajadores independientes, esto también comprende organizar y priorizar trabajos o “peguitas” según montos; tal ingreso ayudará a pagar tal crédito mientras que el otro proyecto paralelo permitirá costear otra deuda.
"LIMPIAR EL CLOSET"
El deudor ya hizo el inventariado de deudas e ingresos, pidió ayuda y comenzó a pagar de a poco. Ahora empieza la verdadera “limpieza” de todos aquellos gastos innecesarios.
Esto incluye hacer algunos sacrificios, entre ellos:
- Cancelar la cuenta del cable
- Cambiar el plan del celular o llanamente optar por tarjetas de prepago
- Dejar de salir a comer fuera
- Reducir los gastos de supermercado a lo esencial o comprar en un supermercado con precios al por mayor y compartir los gastos con algún familiar o amistad
- Ocupar más el transporte público (lo que conllevará mayor organización de los tiempos), o bien organizar bien el uso del auto y las cargas de bencina
En este paso, el deudor también deberá evaluar la posibilidad de vender activos o bienes de alto valor para redestinar el dinero al pago de las deudas.
Para eso debe realizar un tercer inventario de las cosas de la casa que sean de valor pero innecesarias para subsistir.
Este ejercicio termina siendo bueno para el bolsillo y el alma, porque todo deudor termina dándose cuenta de la gran cantidad de cosas que no necesita.
¿Tus acreedores te dijeron que no?
El deudor siguió todos los pasos pero aún así no puede pagar. Le queda un paso más, y es acogerse a la Ley de Quiebras de Personas Naturales.
Desde 2014 que las personas comunes y corrientes en Chile pueden ejercer este derecho para declarar insolvencia y solicitar una mediación legal para renegociar deudas morosas.
Es un trámite administrativo gratuito y voluntario que facilita la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (SUPERIR).
Todo deudor debe saber esta información antes de acogerse a quiebra:
- El nombre oficial del trámite es Procedimiento Concursal de Renegociación.
- Tiene como objetivo renegociar las obligaciones del deudor o facilitar la liquidación de bienes para el pago de sus obligaciones vigentes.
- Consiste de tres audiencias en que participa el deudor, sus acreedores y la Superintendencia.
- Puede acceder toda persona natural con o sin contrato de trabajo.
- El deudor no debe haber emitido boletas de prestación de servicios durante los 24 meses anteriores a la solicitud de renegociación.
- Debe tener dos o más deudas vencidas por más de 90 días corridos, que estén vigentes y superen las 80 Unidades de Fomento (entre otros requisitos).
- Tiene que tener la Clave Única que otorga el Servicio de Registro Civil e Identificación. Esta se solicita en las oficinas del servicio.
- El deudor debe presentar en la página web de la Superintendencia su solicitud de inicio de Procedimiento Concursal de Renegociación, o en las oficinas de la Superintendencia con la documentación necesaria.
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