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Cuidar las finanzas de la familia, especialmente si tenemos parientes que dependen de nosotros como niños y abuelitos, es muy relevante.
Sin embargo, a veces podemos perder de vista este objetivo en medio del pago de las cuotas del auto, el dividendo o el arriendo, el colegio o la universidad, y todas las demás responsabilidades que debemos cumplir para brindar una vida cómoda a nuestra familia.
Es por eso que hemos juntado estos ocho contenidos con tips y consejos para facilitar el cuidado de tus finanzas familiares.
Desde cómo hacer un uso inteligente de tu tarjeta de crédito hasta aprovechar el mejor momento para comprar una vivienda, pasando por muchos otros temas. Te invitamos a leer estos contenidos y ponerlos en práctica para mantener el estilo de vida que quieres y ser responsables con las finanzas personales.
Todos conocemos alguien que es un verdadero maestro para usar su tarjeta de crédito: se va de viaje, hace compras o come en restaurantes mientras nos preguntamos, ¿cómo lo hace?
Bueno, en este blog te contamos cómo.
Lo primero que tienes que saber es que la clave para sacarle el jugo a tu tarjeta de crédito es siempre pagar a tiempo tu tarjeta.
Como bien sabes, el “dinero plástico” no es dinero adicional y por lo tanto antes de usarlo debes manejar bien tu presupuesto. Y los “maestros de la tarjeta” también son maestros en el manejo de sus finanzas personales.
(Si te sirve, te invitamos a descargar esta planilla para planificar tus gastos mensuales).
Con el simple hábito de siempre pagar tu estado de cuenta a tiempo, transformas tu plástico en un gran aliado para mejorar tu experiencia de consumo.
El objetivo final, más allá de efectivamente pagar menos por diversas experiencias y productos, es extraer todo el valor que ofrece tu tarjeta. De esto se trata este artículo.
Sigue leyendo para conocer estos tips para aprovechar al máximo tu tarjeta de crédito.
Todas las tarjetas de crédito tienen una red de comercios asociados que ofrecen descuentos y promociones por usarlas en sus dependencias.
Generalmente hay promociones específicas según el día de la semana, como descuentos en perfumes o 2x1 en zapatos para niños por ejemplo.
Las categorías más comunes son entretención, restaurantes, viajes y moda.
Cada banco opera con una red más o menos exclusiva de comercios asociados. Por lo general esta información está disponible en el sitio web del banco. Algunos otros tienen una app para ver los descuentos y promociones de tarjetas de crédito.
En este sentido tener dos tarjetas de crédito puede ser beneficioso.
Primero, porque estarás expandiendo la red de comercios asociados a la que puedes acceder.
Segundo, porque algunas tarjetas ofrecen descuentos mayores que otras. Por lo tanto, puedes pagar con la más beneficiosa o elegir qué artículos pagar con qué tarjeta.
Quiero aprender a armar mi presupuesto
El Definido recomienda este principio con una de las reglas de oro del uso de tarjetas de crédito.
La gracia es que nos da tiempo para pagar cosas que no podemos comprar en un solo pago.
Sin embargo, esto varía según el banco y algunos ofrecen hasta seis meses sin interés. Muchos comercios en todo caso están adheridos a entregarte 3 cuotas sin interés sin necesidad de tener la promoción del banco vigente, aprovéchalas.
El Definido recomienda revisar la Carga Anual Equivalente (CAE) y el Costo Total Equivalente (CTC), para tener claro el monto total que pagarás por tus compras.
Todos conocemos alguien que es un verdadero experto para acumular puntos con su tarjeta de crédito.
Y tienen razón, porque la gracia es que los puntos te permiten pagar desde experiencias – como viajes u hoteles – a todo tipo de artículos, hacer regalos u obtener devoluciones en dinero (cashback).
Tus puntos son de libre disposición, por lo que puedes hacer lo que quieras con ellos, incluso hacer donaciones.
Esta es la forma en tu banco te recompensa e incentiva a hacer uso de la tarjeta.
Lo primero es conocer el programa de recompensas de tu tarjeta, porque cada banco tiene su propio esquema para diferenciarse de la competencia.
La clave es usar tu tarjeta constantemente para acumular puntos.
Una buena forma de hacer esto – que requiere MUCHA disciplina y responsabilidad – es pagar TODO, desde un dulce hasta el dividendo de tu departamento, con tu tarjeta de crédito.
Mientras más alto el monto, más puntos acumulas. A fin de mes, pagas TODO el estado de cuenta desde tu cuenta corriente.
Un programa de recompensas “cashback” es un incentivo ofrecido por los operadores de tarjetas crédito.
Bajo este tipo de programas un porcentaje del gasto neto de la tarjeta (compras menos reembolsos) es devuelto al titular como un reembolso anual, mensual o por campaña, en forma de abono a su Tarjeta de Crédito reflejado en su balance.
Los productos como el cashback son más beneficiosos para los consumidores que pagan todo su estado de cuenta cada mes.
Esta es una técnica avanzada que, nuevamente, requiere mucha disciplina para producir beneficios.
Más arriba te recomendamos pagar todos tus gastos con tu tarjeta de crédito.
¿Por qué no poner a trabajar tu sueldo depositado en tu cuenta corriente en el intertanto?
La forma de hacer esto es poner tu sueldo en un depósito a plazo fijo renovable mientras usas tu tarjeta, y hacer giros una vez al mes para pagar tu balance.
Los depósitos a corto plazo van entre 7 y 90 días. Si tienes dinero para cubrir 60 días tanto mejor. Deja un monto en tu cuenta corriente para emergencias y deposita el resto a plazo.
Mientras tu dinero esté depositado generará intereses, por lo que podrás quedarte con la diferencia una vez que hagas el giro para pagar tu estado de cuenta.
Al momento de contratar un seguro -como el SOAP- nos encontraremos con varios conceptos que debes entender para hacer buen uso de este instrumento financiero y tomar buenas decisiones.
Los seguros son un respaldo financiero ante diversas eventualidades. Puedes contratar un seguro automotriz, de vida, asistencia en viaje, complementario de salud, entre otros.
Puedes asegurar cosas materiales e inmateriales, basta con que sea tasable en dinero, que pueda estar en riesgo en algún minuto y que sea de valoración lícita.
Para partir, hay que tener claras las diferencias entre los siguientes participantes en una póliza de seguro.
Para esto contamos con esta guía legal de la Biblioteca del Congreso:
-Asegurado: Es la persona que estará protegida por el seguro. Hay que considerar que el asegurado no siempre es el contratante. Por ejemplo, en el caso de una mamá que contrata un seguro para sus niños.
-Asegurador: Es la compañía que protegerá al asegurado y se hará cargo del riesgo a cambio de un pago.
-Beneficiario: Es un tercero, que a pesar de no ser el asegurado, también está cubierto.
La póliza es el contrato que firma, tanto el asegurado como la compañía de seguros, y que establece todos los detalles de este “compromiso”.
Por ejemplo, qué será asegurado, ante qué circunstancias, cuánto cubrirá, en qué plazos, etc. Debe incluir detalles como el riesgo asegurable, la prima y las obligaciones que tiene el asegurador y la naturaleza de los riesgos que son asegurados.
Este documento será el certificado que hará valer los puntos que ambas partes hayan acordado. Se compone de condiciones generales y particulares.
Es el número o porcentaje predeterminado en la póliza de seguro, del que el asegurado debe hacerse cargo.
Esto quiere decir que si se hace valer el seguro, el asegurado deberá cubrir este monto previamente acordado. Lo que supere ese deducible o monto de dinero, será costeado por la compañía aseguradora.
Por lo general, mientras más alto sea tu deducible, menor será el costo de tu seguro. Asimismo, existen seguros con deducible cero, es decir, que la aseguradora se hace cargo de todo.
Para entenderlo mejor, en el caso de un seguro automotriz, es la suma que corre por cuenta de un cliente en el caso de que su vehículo sufra daños.
Es la cantidad de dinero que el asegurado debe pagar -con la periodicidad definida en la póliza- con el objetivo que la compañía aseguradora cubra lo pactado. Por lo general, estos montos se pagan mes a mes.
La prima le permitirá al contratante evitar perjuicios económicos mayores en caso de que el siniestro tenga lugar.
Cuando hablamos de seguros, el siniestro es un concepto clave. Un siniestro puede ser cualquiera de los hechos -riesgo o evento dañoso- que se ha descrito en la póliza.
Hay muchos tipos, todo dependerá de las condiciones acordadas. En el caso del seguro automotriz, puede ser un accidente; en el caso del seguro de salud, puede ser una enfermedad.
Esta es la suma que la compañía aseguradora paga al asegurado o beneficiario en caso de ocurrir algunos de los siniestros estipulados.
Antes de contratar un seguro, preocúpate de entender todo lo que ofrece. Así, al minuto de usarlo, conocerás los pasos a seguir y sabrás qué esperar de la compañía aseguradora. Dominar estos conceptos hará que tu decisión de contratar un seguro sea más informada.
Asimismo, al minuto de cobrarlo es importante que tengas claro el proceso. Lo más probable es que tengas que acreditar el siniestro con una serie de documentos.
En términos generales, para cobrar un seguro son varios los pasos que debes seguir desde la denuncia hasta el pago de la indemnización.
Marzo está a la vuelta de la esquina. Si quieres sobrevivir el tren de gastos tan característico de este mes, el foco es planificar.
Si bien algunos gastos son obligatorios debido a la fecha, muchos otros son circunstanciales y podrías solucionarlos con anticipación, o postergarlos en la medida de lo posible, hasta tener los fondos necesarios.El objetivo es que evites sobrecargar tu regreso de las vacaciones con gastos adicionales y distribuyas los grandes desembolsos de manera que no se topen.
Sigue estos consejos prácticos que te ayudarán a ordenar tus finanzas personales y enfrentar los gastos que se avecinan:
Para lograrlo, debes saber cuánto costará cada ítem de gasto, las fechas de vencimiento, y si están dentro o no de tu presupuesto familiar.
Ocupa esta tabla comparativa para evaluar qué es lo que debes pagar, cuál es su costo real, cuánto tienes para pagarlo y cómo afecta tu bolsillo.
Gasto |
Plazo o fecha de vencimiento | Costo esperado/Presupuesto disponible | Costo real | Diferencia de costo |
1. Regreso de vacaciones
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3. Gastos automotrices
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4. Pago de contribuciones
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5. Arreglos de la casa y otros | ||||
TOTAL |
Un vez que tengas claro cuál es tu presupuesto y cómo los gastos se ajustan o superan éste, sabrás cómo proceder.
Descarga tu plantilla para presupuesto gratis
En marzo, los expertos en finanzas personales y economía doméstica recomiendan que las personas eviten a como dé lugar usar el crédito como una extensión de su salario o como salida fácil.
Si evalúas un préstamo porque los gastos de marzo superan tu bolsillo, considera los siguientes factores:
En el caso de que quieras ocupar la tarjeta de crédito para financiar estos gastos, analiza lo siguiente:
Evalúa la conveniencia de contratar seguros adicionales o con valor agregado.
Hay muchos bancos, casas comerciales y fundaciones que ofrecen este seguro obligatorio. Entonces, ¿cómo elegir dónde comprar el SOAP?, ¿En qué debes fijarte?
Como asegura el Sernac, todas las compañías que venden el SOAP cuentan con la misma cobertura, por lo tanto, la elección que hagas entre una u otra compañía dependerá de otros factores como el valor agregado asociado.
Evalúa cuál es la alternativa de SOAP que más te conviene según el valor agregado asociado a la oferta del seguro; ya sea datos para tu plan de celular, gift cards en grandes tiendas, kilómetros de viaje, planes de salud, etc.
Si andas corto de plata o no tienes tiempo, es más conveniente un seguro SOAP de venta online.
Por ley, todos los estudiantes en Chile están protegidos bajo el seguro escolar obligatorio en caso de accidentes durante la jornada escolar.
Este seguro permite que cualquier alumno de colegio o universidad estatal o privada sea atendido en el servicio público. Infórmate más sobre cómo funciona este seguro aquí.
Ahora bien, es posible optar a seguros escolares adicionales, que entregan tanto aseguradoras como clínicas privadas.
En el caso de que tu vivienda o lugar de trabajo sea de tu propiedad, deberás pagar el primer monto de las contribuciones de 2018. Es importante que averigues si tu contribución aumentó de valor.
En enero de este año, el Servicio de Impuestos Internos (SII) publicó en su Portal de Reavalúo No Agrícola 2018 los nuevos valores o la tasación fiscal de bienes raíces no agrícolas en Chile.
Revisa en este link si el avalúo fiscal de tu propiedad subió o se mantuvo, ya que este gasto influye directamente en el monto de las contribuciones que debes pagar a partir de marzo.
Revisa si calificas para recibir los siguientes beneficios sociales que el gobierno dispone para los sectores de bajos ingresos y así ayudarlos a que marzo no sea tan costoso.
Es el beneficio que entrega el Estado en marzo a todas las personas que tienen derecho al subsidio familiar, al pago de asignaciones familiares y maternales, o pertenecen a los programas Chile Solidario o al subsistema de Seguridades y Oportunidades.
Infórmate más aquí sobre este bono y si cumples con los requisitos para recibirlo.
Desde 2013 que las familias chilenas que hacen sus declaraciones de impuestos anuales como contribuyentes del Impuesto Único de Segunda Categoría o del Impuesto Global Complementario, pueden optar a este beneficio.
Por cada hijo estudiando, las familias acceden a una rebaja en sus impuestos de hasta $40.200 por hijo. El beneficio se divide en partes iguales entre padre y madre.
Conoce más y revisa si cumples con los requisitos para optar a este beneficio aquí.
Ya sea el seguro obligatorio para el auto, el permiso de circulación, el seguro escolar adicional o bien los útiles escolares, hoy en día existe una amplia oferta en el mercado de todos estos productos y servicios.
No te quedes con el primero que se cruce en tu camino. Compara y cotiza al menos tres alternativas para que te asegures de optar a la más conveniente según tus capacidades financieras.
En el caso de útiles escolares:
Si tenías pensado hacer arreglos en la casa, comprar un auto nuevo, o cambiar el celular, marzo no es el momento.
Tampoco te olvides de dejar un dinero ahorrado para situaciones de emergencia o imprevistos de último minuto.
Si te parece que la vida en general está más cara que hace un par de años, tienes toda la razón. Estás sintiendo el efecto de la famosa inflación.
Todos los productos y bienes que compramos, y todos los servicios a los que accedemos o contratamos, suben de precio lenta pero inexorablemente. Es una realidad de la vida.
Pero la buena noticia es que la inflación no necesariamente es algo negativo.
EducarChile tiene una buena definición de inflación: Es el aumento general y sostenido de los precios de los bienes o servicios de un país, en un periodo prolongado, lo que produce que todo sea más caro. Por eso se dice que aumenta el costo de la vida.
Este es el primer efecto de la inflación en nuestro bolsillo: Nuestro dinero vale menos.
Si hace cinco años con $40.000 podías comprar en el supermercado bastante más que lo básico para dos personas, hoy no alcanza.
Un dato concreto: 24 horas de TVN reporta que, en las fiestas patrias de 2016, el precio del tomate subió 37%, superando la barrera de los $2.000. Las verduras de la estación subieron 20%.
En tanto, Tele13 informa que 2017 cerró con una acumulación de 2,3% en el IPC. El IPC o Índice de Precios al Consumidor es el indicador que mide cuánto sube el costo de la vida.
Es decir, el costo de vivir en Chile subió 2,3% en 2017.
En este blog exploramos qué es la inflación, cómo nos afecta y cómo empezar a manejarte con ella.
Son fundamentalmente tres:
No todo son malas noticias. Si bien $1.000 de hoy valen menos que $1.000 hace cinco años, la inflación tiende a favorecer a los deudores –siempre que la deuda sea en pesos, no UF.
Supongamos que pedimos un crédito de consumo por $12.000.000 a 10 años y ganamos $1.000.000. Supongamos también que destinamos 10% de nuestro sueldo a pagar esta deuda, es decir $100.000.
Si la inflación es de 2% y nuestro sueldo se reajusta por IPC, nuestro sueldo sube a $20.000. O sea, nuestro sueldo será de $1.020.000. Si destinamos el mismo porcentaje a pagar el préstamo, pagamos una cuota de mensual de $102.000 o $1.224.000 al año.
Si dividimos el monto total del crédito por el pago anual, estamos pagando todo el préstamo en 9,8 años. Es decir, nos ahorramos cuatro meses o $204.000.
Esto quiere decir que mientras más alta sea la inflación –y siempre que tu sueldo es reajustado por IPC– puedes reducir tu carga de deuda si destinas el mismo porcentaje de tu salario para pagar.
En realidad es mucho más fácil calcular el efecto de la inflación en los créditos. Si el interés del crédito es de 15% y la inflación es 2%, entonces la carga real del crédito medida en intereses es de 13% (15%-2%)
La UF o Unidad de Fomento es una “moneda imaginaria” que mantiene su valor en el tiempo. Es decir, con una UF podemos comprar lo mismo hoy o en cinco años más.
Es por esta razón que los créditos hipotecarios son en UF. Como los plazos son tan largos, es la única forma de mantener el valor una propiedad.
Asimismo, aunque lo exige la ley, debes asegurarte de que tu sueldo sea reajustado por IPC.
Es necesario destacar, que el reajuste no significa un aumento de poder adquisitivo. Solo lo mantiene.
Otra forma de proteger tu dinero de la inflación es ahorrar en forma informada:
¿Qué es un crédito? ¿Quién puede ser aval? ¿Por qué la inflación es importante? ¿Qué es el seguro de desgravamen? ¿Cuál es la diferencia entre interés y rentabilidad?
Son muchos los términos y conceptos financieros que debes saber, pero hay algunos que son de conocimiento básico para que estés bien informado y preparado si estás pensando cómo pedir un crédito, cómo abrir una cuenta corriente, cómo contratar un seguro de vida, o cómo repactar una deuda.
Seleccionamos aquellos términos cruciales para manejar tus finanzas, aquellos que no puedes desconocer, y algunos que te servirán para comprender mejor cuál es tu rol como consumidor de productos y servicios financieros.
Ahorro: en simple, es la cantidad de dinero que “te queda” después de todos tus gastos y consumo, incluyendo pago de deudas.
Es la cantidad monetaria que puedes dejar de lado sin verte en aprietos financieros. Idealmente, lo puedes invertir en un producto de ahorro que permita aumentar mes a mes por los intereses, como un depósito a plazo, un fondo mutuo o una cuenta de ahorro.
Antecedentes comerciales y crediticios: es el registro de todas las operaciones financieras que realizas en diferentes instituciones comerciales y financieras; desde el pago de la tarjeta de crédito hasta tu Dicom.
Este historial es tu carta de presentación en el sistema financiero, para acreditar cuán confiable y responsable eres como pagador. Le permite a las entidades financieras medir cuál es tu nivel de riesgo.
Aval: puede ser un individuo (persona natural) o una sociedad (persona jurídica) que se hace cargo de pagar tus obligaciones financieras cuando tú no puedes hacerlo.
Es una figura comercial, y debe estar asociado a una obligación cambiaria. Algunos bancos te solicitarán un aval cuando solicites un crédito de consumo, hipotecario o comercial.
También algunos dueños de propiedades se lo piden a sus arrendatarios; dependerá de tus antecedentes comerciales y crediticios. Ser aval no es lo mismo que ser copagador o fiador.
Capital: es el total de recursos físicos (bienes e inmuebles) y financieros (dinero) que posees y que harás trabajar para producir utilidades o ganancias, ya sea mediante un negocio o a través de una inversión. Ese el dinero que tienes para invertir, no para gastar o ahorrar.
Cheque: es una orden de pago impresa y escrita que realizas como dueño de la cuenta corriente, instruyendo a tu banco que pague una cantidad de dinero de tus fondos a un tercero, quien debe estar debidamente nombrado en el documento.
Es siempre pagadero a la vista; es decir, se paga cuando es presentada dentro de un plazo de 90 días. Un cheque puede ser “a la orden”, “al portador” o “nominativo”.
Cheque a la orden: es una orden de pago en la que tachas la frase “o al portador” y mantienes la frase “a la orden de”. Sólo lo puede cobrar la persona a quien está dirigido el cheque.
Esta persona debe presentar su cédula de identidad en el banco para cobrar el dinero. Si la persona lo desea, puede endosarlo a un tercero mediante una firma (cheque endosable).
Cheque al portador: es una orden de pago que tiene las frases “o al portador” y “a la orden de” sin tachar. Cualquier persona lo puede cobrar o depositar, aunque no sea quien aparece con su nombre en el cheque.
Cheque nominativo: es la orden de pago en la cual borras las palabras “o al portador” y “la orden de”. Sólo la persona que aparece nombrada en el cheque puede cobrarlo. Puede ser endosado sólo a un banco colocando las palabras “valor en cobro” o “para ser depositado en mi cuenta corriente”.
Cheque cruzado: orden de pago en la cual trazas dos líneas transversales en el frente del cheque. Así, la persona nombrada en el cheque sólo puede depositarlo. Todos los cheques pueden ser cruzados.
Crédito: también conocido como préstamo. Es el intercambio de una cantidad monetaria, bien o servicio en el presente, que será devuelta en un futuro próximo junto a intereses adquiridos en el plazo que fue convenido entre el prestador y el deudor (devengados).
Por ejemplo, un arriendo, un regalo monetario, o un favor en dinero no son un crédito.
Los tipos de crédito que puedes solicitar como persona son: crédito de consumo y crédito hipotecario. Si constituyes una empresa, pides un crédito comercial o empresarial.
Contribuyente: Son todos los individuos (personas naturales) y sociedades comerciales (personas jurídicas) que administran o poseen bienes afectados por impuestos. Tú y el resto de los chilenos y extranjeros residentes, así como todas las empresas que operan en el país, son contribuyentes.
Es uno de tus roles en el sistema financiero, a la par con consumidor, deudor, e inversionista.
Cuenta corriente bancaria: Es un contrato mediante el cual te comprometes a depositar tus ingresos en un banco específico, el cual a su vez se compromete a resguardar y administrar ese dinero.
Para eso el banco cobra una comisión y abona intereses en las cuentas corriente, según las normas que fije el Banco Central.
Depósito: Es el monto de dinero monetario que entregas a una institución financiera, ya sea para guardar (cuenta corriente), ahorrar (cuenta de ahorro, depósito a plazo), pagar deuda (crédito), invertir (productos financieros de inversión como acciones o fondos mutuos).
Un depósito no es lo mismo que una cuota u abono.
Deuda: Es el monto de capital que una persona o entidad otorga en calidad de préstamo a un tercero. El crédito es un tipo de deuda, por ejemplo. Toda deuda comprende un plazo de pago y alguna tasa de interés sobre el capital dado como préstamo.
Existen la deuda sana, deuda impaga o morosa, deuda vencida, y deuda castigada, entre otras.
Deuda sana: Es aquella deuda cuyos costos asociados puedes solventar sin que supere tus ingresos.
Deuda mala: Es la deuda cuyos costos asociados superan tu flujo de ingresos.
Deuda impaga o morosa: Todo retraso en el pago de la deuda en la fecha y condiciones pactadas, genera una mora. En el caso de un crédito, es aquella obligación que lleva un atraso de hasta 89 días corridos desde la fecha de vencimiento del pago. Cuando la deuda supera esa cantidad de días, se traspasa a deuda vencida.
Deuda vencida: Es la deuda que supera los 90 días de impagos. El regulador Comisión para el Mercado Financiero (CMF) obliga a los bancos a pasar a esta cartera todas las cuotas o montos totales de créditos morosos que superen este plazo.
Ahora bien, si resulta que en el pasado ya fuiste mal pagador, repactaste tu deuda pidiendo un nuevo crédito y volviste a atrasarte en el pago, un ejecutivo comercial tiene la facultad de saltarse la cartera vencida, y transferir tu deuda directamente a cobranza judicial a partir del primer día de retraso en el pago.
Deuda castigada: Es toda la deuda incobrable por el banco debido al incumplimiento sistemático del cliente y aún después de pasar por un período de cobranza judicial.
Cobranza judicial: Es la etapa en la cual el pago de la deuda pasa a ser definido por un tribunal de justicia. Ocurre cuando el deudor no puede cancelar la deuda durante el período normal o extrajudicial de pago.
Durante la cobranza judicial, el tribunal puede ordenar el embargo o remate de los bienes del deudor, siempre en montos proporcionales al total de la deuda impaga.
Desgravamen: Es un tipo de seguro que aceptas tomar para un crédito, para que en caso de muerte o accidentes inhabilitantes se declare cancelada la deuda, sin que tus familiares o co-deudores se vean obligados a pagarla.
Gravamen: Son todos los impuestos, tributos y obligaciones que pagas por el derecho a operar, poseer o transar un bien o servicio.
Hipoteca: Cuando pones tu casa o una propiedad inmueble como garantía de un crédito o cualquier otro tipo de obligación financiera, estás creando una hipoteca. El acreedor de la deuda puede tomar la hipoteca de tu propiedad si no pagas la deuda, para cubrir el monto adeudado.
Salud financiera: Es el resultado de una gestión adecuada y efectiva de tus finanzas personales, y comprende el manejo eficiente de ingresos, egresos y deudas. Tu salud financiera influye en tu historial dentro del sistema financiero (pago de cuentas, créditos, productos y servicios financieros).
Inflación: Es el aumento gradual y sostenido en el tiempo del precio o valor del dinero con que valorizamos bienes y servicios en una economía. La inflación se mide de forma mensual, trimestral y anual, y rige medios de pago y unidades de valor como el dinero monetario, tasas de interés y la Unidad de Fomento (UF). Cuando el valor del dinero se deprecia, hablamos de deflación.
Interés: Es el porcentaje de capital adicional que pagas o recibes por una operación de depósito o préstamo de dinero. El valor resultante es la tasa de interés, que puede ser de dos tipos:
Tasa de interés de depósito: es el pago que recibe la persona o empresa que deposita su dinero en un instrumento de ahorro o resguardo (cuenta corriente o depósito a plazo).
Tasa de interés de crédito: es el monto que un deudor debe pagar a la entidad o persona que le presta el dinero, por usar ese capital.
Mutuo hipotecario endosable: Es un crédito hipotecario solicitado a un banco o institución financiera autorizada, que incluye la entrega de una propiedad en garantía. Tanto una persona natural como jurídica puede solicitar este préstamo para construir, reconstruir, ampliar o reparar un inmueble en zonas urbanas o rurales para fines habitacionales, comerciales o generales.
Al ser mutuo y endosable, permite que la deuda sea cedida a otras Instituciones autorizadas por ley, antes de su pago total.
Precio: Es el valor de un bien o servicio en términos monetarios. El valor de un producto, el salario de un trabajo, el interés de un crédito, o el arriendo de un bien raíz, constituyen el precio de estos ítemes.
Prepago: Es el pago anticipado de una obligación financiera. Normalmente se ocupa para evitar el pago de los intereses totales de un crédito. No obstante, al pagar anticipadamente un crédito hay ciertas condiciones relacionadas con los intereses y la comisión de prepago.
Reajuste: Corresponde al ajuste al valor de un capital, ya sea por inflación (costo del dinero) o por algún otro tipo de cambio convenido anteriormente.
Rentabilidad: Es la capacidad de una inversión para generar un beneficio o ganancia. Un ahorro o inversión puede obtener rentabilidad durante un periódo de tiempo determinado.
Transacción bancaria: Es una operación comercial en la cual hay un intercambio de dinero entre cuentas bancarias a través de un documento contable (cheque), por transferencia electrónica, o bien a través de otro formato legal (vale vista, letra, depósito en caja, etc).
Unidad de Fomento (UF): Es una unidad de valor única para Chile, creada para evitar los cambios inflacionarios bruscos en el valor de bienes y servicios. Se reajusta diariamente y se utiliza como valor referencial en diversos sectores de la economía. No confundir con la UTM.
Unidad Tributaria Mensual (UTM): Es otra unidad creada en Chile para fines de pagos tributarios y de multas, también ajustada a la variación en la inflación (costo del dinero), al igual que la UF.
Comprar o vender una propiedad no es llegar y llevar. Al igual que toda decisión financiera, requiere de análisis y paciencia.
Una buena planificación te permitirá comprar una vivienda a buen precio, o vender una propiedad a un valor que genere ganancias.
Sin embargo, tu estrategia no funcionará si eliges un mal momento para comprar o vender una vivienda.
La compra o venta de tu departamento o casa debe ser en el momento y lugar exactos.
Por eso ten en consideración los siguientes factores de tiempo y estacionalidad antes de dar el primer paso:
Cuando las tasas de interés de los créditos hipotecarios que otorgan los bancos están bajas, es el momento de actuar.
Es también es un buen momento para para renegociar créditos hipotecarios ya otorgados, aunque dependerá de cuánto tiempo lleve el préstamo y de la disposición de la institución financiera. Las tasas actualmente en Chile están del torno al 3%.
Recuerda que renegociar un préstamo conlleva gastos operacionales y otros costos asociados.
Ahora bien, aunque las tasa de interés pueden estar todavía bajas, aún así los bancos siguen solicitando un pie de 20% sobre el valor de la propiedad para otorgar un crédito hipotecario; en algunos casos de hasta 25%.
Incluso, algunas instituciones financieras pueden solicitar menos del 20% de pie (hasta el 10%, no menos) en casos excepcionales y deben ser evaluados.
En cualquiera de los casos, debes saber que actualmente algunos bancos están ofreciendo a sus clientes pagar el pie de su propiedad con sus tarjetas de créditos, en 24 cuotas y a una tasa preferencial.
Si la economía de un país comienza a dar señales de recuperación después de un periodo de crisis o bajo crecimiento, la oferta y demanda de propiedades demoran en reaccionar.
Ese período de tiempo de repunte, en promedio un año, es el peor momento para comprar o vender, dado que las personas todavía no están del todo convencidas de que la situación mejorará.
Es preferible esperar a que las cifras de crecimiento del país marquen un hito, como retornar a porcentajes observados antes de la crisis.
En el caso de Chile, el consenso en el mercado es que una vez que la economía supere la barrera de 2% de crecimiento anual, entonces se puede hablar de recuperación sostenida.
Para aprovechar bien este escenario, te conviene monitorear los precios actuales en el mercado y observar si hay nuevos proyectos de vivienda en carpeta en tu zona.
Según el sitio web de asesorías financieras Comparaonline.cl, el mejor momento del año para adquirir una vivienda es siempre la semana entre Navidad y Año Nuevo.
Es un periodo en el año en que pocos compradores salen a buscar propiedades, y los vendedores se enfrentan a una sequía de interesados.
Por ende, aumenta la oferta y disminuye la competencia. Ante la necesidad de vender, el dueño o persona a cargo de vender la propiedad estará más abierto a negociar el precio.
En general, el periodo primavera-verano así como feriados largos son también buenos momentos para salir de compras o vender.
Si vives cerca de una universidad, puedes aprovechar la temporada de cacería de viviendas en la cual participan cientos de familias chilenas.
Entre diciembre y febrero, padres salen en búsqueda de viviendas para los hijos que entran a la universidad ya sea en su misma ciudad o en otra región del país.
Cuando se trata del primer hijo que va a la universidad, normalmente su familia opta por arrendar durante el primer año.
El arriendo le da la flexibilidad para evaluar la cuán convenientes son la ubicación y accesibilidad de la vivienda, conocer mejor el barrio, y cambiarse si es que no les agrada el lugar.
No obstante, cuando se trata de dos o más hijos que van a la misma universidad, o a casas de estudios diferentes en la misma ciudad, muchas familias prefieren invertir en una propiedad.
Una vez que sus hijos se gradúan, la venden o arriendan a una nueva familia universitaria en una situación similar.
En marzo todos los propietarios de autos, o cualquier tipo de vehículo motorizado, deben enfrentar el pago de servicios como el Permiso de Circulación.
Para obtenerlo, además de haber aprobado la revisión técnica, el dueño deberá presentar el Seguro Obligatorio de Accidentes Personales (SOAP) que se renueva año a año.
Si te preguntas qué es el SOAP, te contamos que es la póliza que garantiza que, tanto el conductor como sus acompañantes y terceros, reciban atención en caso de accidente e indemnización si corresponde.
Es decir, este seguro cubre gastos médicos en caso de accidente (hospitalización, cirugía, prótesis, implantes y servicios odontológicos), transporte sanitario, rehabilitación de las afectados, indemnización de los herederos si hay muerte accidental e incluso gastos farmacéuticos.
Sin embargo, no cubre los daños que puedan haber sufrido los vehículos involucrados, por eso es recomendable contar con un seguro adicional.
Hay muchos bancos, casas comerciales y fundaciones que ofrecen el SOAP. Entonces, ¿cómo elegir dónde comprar el SOAP? ¿En qué debes fijarte?
Como asegura el Sernac, todas las compañías que venden el SOAP cuentan con la misma cobertura, por lo tanto, la elección que hagas entre una u otra compañía dependerá de otros factores como:
Actualmente la diferencia entre las distintas opciones de SOAP no es tan significativa. A veces conviene invertir un poco más en este ítem para acceder a los beneficios asociados.
Antes que fijarse en el precio, es mejor poner atención al número de oficinas que tiene la aseguradora a lo largo del país. Esto permitirá, en caso de que el asegurado no esté en su ciudad de residencia (pero dentro de territorio nacional), realizar los trámites de forma expedita y cobrar finalmente el seguro.
Para la mayoría de los chilenos marzo es un mes complicado por la cantidad de gastos que hay que cubrir. Justamente este es el plazo para pagar el Permiso de Circulación. Si tu presupuesto está muy apretado, te recomendamos considerar las alternativas de pago. Por ejemplo, si haces la compra con tarjetas de crédito o tarjetas afiliadas a casas comerciales o supermercados, puedes pagar en cuotas. No obstante, revisa si esto es realmente conveniente, ya que pueden haber intereses asociados.
Muchas veces lo más económico es pagar a través de internet, ya que existen descuentos que se aplican exclusivamente por esta vía. Para 2017, se estimaba que casi un 70% de los seguros era vendido a través de las páginas web.
Algunos SOAP agregan algunos “ganchos” para atraer a más clientes. Entre ellos está la asistencia en caso de emergencia, grúa, remolque y la opción de ampliar la cobertura de este seguro. Estos servicios adicionales suelen ser más costosos si los tomas por tu cuenta. En caso de accidente, contar con ellos será de gran alivio para tu bolsillo.
Además de los servicios relacionados directamente con tu auto, también hay ofertones como sorteos de viajes, electrodomésticos y giftcards.
También existe la opción de comprar el SOAP a través de instituciones de beneficencia. Este es el caso de Fundación Las Rosas y Fundación Villa Padre Hurtado, ambas acogen a personas de la tercera edad. En estos casos, un tercero recibe el beneficio.
Cada vez que queremos hacer un gasto extra y no contamos con el dinero en efectivo, pensamos en la posibilidad de ocupar productos como la tarjeta de crédito o pedir un crédito de consumo.
Pero, ¿qué es más conveniente?
Recientemente un estudio basado en la información de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), arrojó que en 2017 hubo 4,3 millones personas morosas en Chile, explica Radio Universidad de Chile.
Para no ser parte de esta cifra, lo más importante es tomar la mejor decisión. Por eso debemos conocer las ventajas y desventajas de ambas alternativas.
Por un lado, al crédito de consumo se accede a través de un banco o institución financiera y podemos pedir el monto que sea necesario, en las cuotas que acordemos, siempre y cuando demostremos que lo podemos pagar. En algunas ocasiones, estos proveedores ofrecen propuestas preaprobadas que son muy rápidas de gestionar.
La tarjeta de crédito se solicita a la entidad financiera y ésta asigna un cupo según nuestra capacidad de pago. Lo que compremos con la tarjeta de crédito puede ser pagado en las cuotas que determinemos. Hay tarjetas que ofrecen 3, 6 o 12 cuotas sin interés.
Por otro lado, si no la necesitamos y no hacemos uso de ella, no se cargarán costos por mantención.
Por lo general, las tarjetas de crédito tienen beneficios asociados como descuentos y acumulación de puntos que pueden ser canjeados por ejemplo, por productos o viajes. Sin embargo, muchas personas se dejan llevar por estos incentivos, antes de analizar correctamente la situación.
La verdad es que no existe un sistema que sea mejor que el otro. Aquí entran en el juego varios factores.
En el caso del pago de varios montos menores, la tarjeta de crédito puede ser una buena opción. En cambio, para compras de montos más elevados, el crédito puede ser la mejor alternativa.
Por ejemplo, si queremos hacer una remodelación, cambiar el auto o cualquier gasto grande y planificado, el crédito es conveniente y suele tener menor interés que la tarjeta de crédito. En otra palabras, es ideal para gastos que se paguen en un mayor plazo.
En el caso del crédito es muy importante cotizar y comparar. Como lo vimos en un blog anterior, el CAE es un indicador que nos hace mucho más fácil esta tarea. Este porcentaje arroja el costo del crédito.Y si llegamos a acumular varias deudas, probablemente será mejor pedir un crédito y fundir todos estos pequeños montos en una sola cuota.
Con la tarjeta de crédito, lo ideal es ir pagando las cuotas ordenadamente, antes de la fecha de vencimiento, y no sólo el monto mínimo.
Ten ojo porque cada tarjeta de crédito posee un cupo nacional e internacional. No olvides que hay servicios como Netflix que pueden ser cobrados a la cuenta internacional.
Lo más importante al momento de elegir una tarjeta de crédito es tener en cuenta variables como el interés, la comisión y seguros asociados, entre otros.
Antes de decidir entre tarjeta de crédito o crédito de consumo, lo básico es evaluar la real capacidad de pago que se tiene. En ambos casos es primordial tener claro nuestro presupuesto mensual para saber qué porcentaje de nuestro sueldo podemos destinar a pagar en deudas. Debemos tratar de elegir el menor número de cuotas para pagar más rápido y con menos interés.
Como puedes ver la responsabilidad y la disciplina son la clave para cuidar el presupuesto familiar.
También es importante entender que las tarjetas de crédito juegan un rol importante en la calidad de vida y las finanzas familiares, por lo que debemos analizar su uso a conciencia.
Esperamos que estos consejos te sean útiles para cuidar tu presupuesto familiar. ¡Manos a la obra!
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