Ingresa tus datos para recibir notificaciones de nuevas publicaciones.
Mientras más conocimientos tengas, mayor libertad tienes para elegir un determinado bien o servicio financiero.
Asimismo, logras estabilizar mejor tu bolsillo y detectar a tiempo problemas financieros para así evitar que te tomen por sorpresa.
Por ello compilamos esa guía con información útil sobre cómo manejar tus finanzas personales para que comiences este camino libre con el pie derecho.
Sabemos que ordenar las finanzas suena complicado.
Es un problema de muchos chilenos. Ni hablar de las deudas; el problema es aún mayor: 4 millones de personas no están al día en sus pagos en nuestro país.
Entre las razones que explican esta situación están el bajo conocimiento sobre temas como sobre endeudamiento, gastos innecesarios, cómo ahorrar más o cómo funcionan los créditos.
Este desconocimiento afecta tanto tu presente como futuro. Porque al igual que muchos en Chile, sabemos que te preocupan tus finanzas; en especial, cómo acceder a una jubilación digna y disfrutar la vida.
Te aseguramos que no es difícil. Todo parte porque conozcas bien tus finanzas personales. Nunca es tarde, y por eso te entregamos un conjunto de consejos y herramientas para crear tu propio plan e iniciar desde ahora el camino hacia la estabilidad de tu bolsillo.
Es muy probable que conozcas muy bien tus derechos y deberes como consumidor en Chile. Pero,¿siguen siendo los mismos si estás en Dicom?
Ante la duda, en 2012 el Congreso aprobó una nueva ley que vino a detallar este punto, hoy conocida como Ley Dicom.
Al día de hoy, esta legislación protege a los deudores que entran a esta “lista negra”.
Si estás en esta situación, te recomendamos tener presente lo siguiente:
Por ejemplo, cualquier institución financiera revisará tu Dicom si acudes a solicitar un nuevo préstamo, o buscar repactar una deuda con otro crédito. Esta información forma parte de su proceso normal de evaluación de riesgo.
Así, en caso de que quieras comprar o arrendar un inmueble el dueño de éste tiene el derecho a pedir tu Dicom, para evaluar si serás un buen arrendatario o comprador. Recuerda que tu hoja de vida financiera dice mucho de tí como pagador.
Ahora bien, este derecho lo tienes que ver directamente con la entidad con la que contrajiste la deuda, puesto que son estas instituciones las que informan al sistema cuando tienes una.
Este punto es un avance muy importante para tus derechos como consumidor. Antes de la ley, era común que este registro fuese usado como un “filtro” en procesos totalmente ajenos al consumo financiero, lo que se prestaba para abusos.
Esta información incluirá el nombre, datos personales, el motivo, la fecha y la hora de la solicitud, así como el responsable de entregar estos datos.
Por ello, si detectas algo extraño o una falta a la ley, los distribuidores de los registros o bancos de datos están obligados por ley a designar una persona encargada para tratar tu queja.
Al igual que tu otro derecho a que no informen tus datos mientras repactas tu deuda, es importante que verifiques directamente con la concesionaria de que no liberará esta información.
Estos derechos y deberes como deudor se sumaron a los ya existentes ante la Ley del Consumidor, que básicamente son:
Todos somos conscientes que marzo es el mes donde más gastos se vienen encima, especialmente si se debe pagar el permiso de circulación, el colegio o la universidad de los hijos.
Si bien los gastos de esta fecha son altos, no hay que caer en desesperación si no sabemos cómo conseguir el dinero suficiente para cubrir todas estas necesidades.
Pero en este caso no nos referimos como solución solicitar préstamos o créditos.
Hablamos de otras opciones para conseguir este dinero extra: la tarjeta de crédito y la línea de crédito.
Esto nos ayudará a sobrellevar los gastos de marzo, siempre y cuando se sepa administrar y cumplir con los compromisos de pago que se adquieren.
Cuando el sueldo no es suficiente para cubrir todos los gastos, surge la necesidad de obtener algún tipo de crédito o préstamo a corto plazo. Una alternativa para esto, es usar la línea de crédito de la cuenta corriente.
Una línea de crédito es una cantidad de dinero predefinida que el banco aprueba como préstamo asociada a tu cuenta corriente (tarjeta débito) cada mes.
Este dinero es para ser utilizado cuando te quedas sin fondos en tu cuenta corriente y con el que puedes disponer cuando lo necesites, y el valor otorgado a la línea de crédito dependerá del tipo de cuenta corriente que tengas y del monto que el banco te apruebe.
Si se da el caso de que no tienes dinero suficiente en tu cuenta corriente para pagar los intereses de la línea de crédito, o, en el peor de los casos, el valor total del préstamo, tu historial financiero se dañará drásticamente.
Esto puede generar dificultades para que en el futuro puedas solicitar algún crédito de consumo, por ejemplo.
Ten en cuenta que los riesgos de la línea de crédito son que se cobran intereses diarios y la deuda no se descuenta automáticamente cuando la cuenta tiene fondos. Por lo mismo, es recomendable usar la línea de crédito solo en situaciones puntuales, como por ejemplo, si te quedas sin dinero para pagar el permiso de circulación en marzo.
Y siempre intenta pagar el valor total que utilizaste, para mantener tu historial crediticio lo más limpio posible.
Otro consejo, es que al momento de abrir una cuenta corriente en un banco solicites un monto para la línea de crédito acorde a tus ingresos, para que tengas la certeza de que podrás pagar la deuda sin quedar con tu saldo personal en cero.
Y recuerda, una línea de crédito no ofrece las ventajas que tienen las tarjetas de crédito, como son los avances en efectivo, descuentos y promociones, millas para viajes, entre otras.
Existen también las conocidas líneas de crédito de emergencia, que son una línea adicional a la línea de sobregiro y se activan cuando se requiere hacer gastos extraordinarios o cuando las personas se sobrepasan con el monto total de la línea de crédito.
Si bien con esta línea de emergencias las personas podrán acceder de forma inmediata a una solución de crédito aprobada, existe el riesgo de que al no tener límites de uso, puede generar grandes deudas y altos pagos de intereses si no se sabe administrar.
Frente a esto, es importante que las personas se informen si su plan de cuenta corriente cuenta o no con una línea de crédito de emergencias, ya que si no se sabe utilizar correctamente, puede convertirse en un arma de doble filo.
En resumen, es importante tener cuidado al utilizar la línea de crédito, ya que muchas personas se mal acostumbran y la consideran como un segundo sueldo, lo que es completamente erróneo, ya que se trata finalmente de un préstamo constante que ofrecen los bancos.
La tarjeta de crédito, es un instrumento de préstamo que brindan las entidades bancarias o casas comerciales a personas naturales para que la utilicen como medio de pago en cualquier negocio adherido al sistema.
Hablamos de un medio de financiamiento que conlleva el compromiso que adquirimos como clientes para devolver el monto utilizado cada mes, además de pagar los intereses, comisiones y otros gastos que correspondan según las condiciones pactadas cuando se emite la facturación con fecha de pago límite.
Sin embargo, en la práctica, se dan los casos de que las personas no pueden pagar el monto total de la tarjeta de crédito, por lo que tienen la posibilidad de pagar el monto mínimo.
El hábito de pagar el monto mínimo en sí no es recomendable, ya que solo se logrará que el usuario demore más en liquidar su deuda, pagando más intereses, porque al tratarse de un monto tan bajo, la mayor parte de ese dinero va destinado a cubrir los intereses y no la deuda misma.
Pero si nos referimos a las ventajas de utilizar una tarjeta de crédito, es que podemos realizar las compras sin cuotas o con las cuotas que queramos, que pueden ir de 3 a 24 cuotas o más, dependiendo del tipo de tarjeta.
Además, las tarjetas de crédito, por otro lado, tienen la ventaja de incluir a los usuarios en programas de recompensas, puntos, millas y descuentos en diferentes comercios.
Es importante tener en cuenta que la responsabilidad financiera es un factor relevante al momento de hacer uso de una tarjeta de crédito, ya que es fácil gastar de más y luego notar que estás bajo una enorme montaña de deudas con intereses muy altos.
Ya comenzó el año y es momento de planificar las vacaciones y adelantarse a los típicos gastos de marzo.
Sin embargo, y por la presión que implican estas fechas festivas, muchas personas deben optar por créditos o préstamos cuando el dinero no es suficiente. El problema surge cuando los consumidores no están bien informados sobre qué tipo de relación o acuerdo están estableciendo con una entidad bancaria o casa comercial.
Como mencionamos anteriormente, todos tenemos derechos y deberes básicos como consumidor. Sin embargo, el SERNAC, en su misión de proteger a los consumidores frente a todos los productos y servicios que se ofrecen a nivel nacional, creó la Ley N° 20.555, la cual dota a las personas de nuevas facultades y derechos en materias financieras.
Hablamos de los derechos del consumidor financiero, ley aprobada por el Congreso de la República que define los derechos y deberes de los consumidores financieros y las obligaciones de las entidades, bajo un marco de brindar mayor protección, información, seguridad y educación para usuario.
Esta ley surge por la necesidad de muchos clientes que requieren orientación al momento de realizar una transacción bancaria, solicitar préstamos, créditos de consumo, entre otras variantes.
No todas las personas poseen los conocimientos financieros suficientes como para estar seguros de que un banco o casa comercial les está brindando información necesaria, por lo que surgen situaciones de no tener claridad cuándo se termina de pagar un crédito, o qué hacer cuando se generan cobros indebidos por seguros que no se sabía que existían, incluso, cuando las personas se sienten prácticamente obligadas a firmar miles de documentos que parecieran estar escritos en otro idioma, con tal de acceder a un crédito o cuenta bancaria.
Los derechos del consumidor financiero contempla que los Bancos, Multitiendas, Cajas de Compensación, Cooperativas de Ahorro y Crédito, Compañías de Seguros y otros proveedores de productos o servicios financieros deben informar con claridad y transparencia lo que se está contratando.
Por ejemplo, si una persona necesita solicitar un crédito a un banco por $1.000.000 en 12 cuotas para pagar la deuda de su tarjeta de crédito, tendrá que ser informada que sumando todo, realmente deberá pagar $1.200.0000 en total, cobrando esos $200.000 adicionales por los recursos solicitados.
Para tener mayor claridad respecto a este tema, algunos derechos que establece la ley del Sernac Financiero son:
-Tiene derecho a recibir la información relativa al costo total del producto o servicio contratado, lo que comprende conocer la Carga Anual Equivalente (CAE).
-Se deberá adjuntar un folleto que explique qué es ser aval, codeudor solidario o fiador y qué consecuencias tiene.
-Tiene derecho a que no lo “amarren” con otros productos y servicios que no pidió. Esto es, si quiere sacar la tarjeta de una multitienda, no le pueden obligar a que también contrate un seguro. Las empresas podrán ofrecer productos asociados al crédito, pero usted siempre tendrá la libertad de aceptarlos o no.
-El Proveedor deberá informar todos los productos que consten en los contratos de adhesión y los cobros por servicios prestados, con un desglose de todos los cargos. Por tanto, no le pueden cobrar lo que no está señalado previamente en el contrato.
Puedes revisar aquí todos los derechos del consumidor financiero y las obligaciones de los proveedores de servicios o productos y servicios financieros.
Lo más importante es entender que el cliente siempre tendrá que tener acceso a información simple y transparente, por lo mismo, cualquier contrato firmado debe incluir una hoja resumen que contendrá lo principal que la persona debe saber, y en el caso de que se niegue un crédito, es obligación de la entidad financiera entregar por escrito un informe que detalle las razones de por qué se negó dicho crédito.
En síntesis, los derechos del consumidor financiero, tienen como finalidad que las personas puedan tomar decisiones financieras más acertivas al momento de iniciar cualquier relación con una entidad bancaria o casa comercial.
¿Quieres mejorar la tasa de tu crédito hipotecario? ¿Necesitas más tiempo? ¿Ya no tienes suficientes ingresos para pagar la cuota acordada con el banco?
Entonces, considera como alternativa la renegociación o repactación del préstamo.
Es un proceso voluntario ante la institución financiera que te entregó el dinero.
Puede ocurrir en todo momento y por cualquier razón. Sin embargo, siempre hay tiempos y situaciones mejores que otras si buscas cómo renegociar una deuda.
Es más, en ocasiones los bancos ofrecen esta opción a sus clientes cuando las tasas mejoran, por buen desempeño de pagos, o porque cumplieron una cantidad determinada de tiempo o cuotas. Asimismo, hay personas que solicitan renegociar un crédito porque se quieren cambiar de banco.
Nadie puede obligar al consumidor financiero a repactar sus obligaciones crediticias.
No obstante, en la práctica muchos deudores se ven forzados a recurrir a esta alternativa cuando ya no pueden pagar lo que adeudan.
Y en la mayoría de las ocasiones, se trata de morosidad por un crédito hipotecario.
Independiente de las razones que te llevan a renegociar, debes estar bien preparado al momento de hacer la solicitud.
Si te preguntas cómo repactar mi crédito hipotecario, aquí te explicamos los conceptos y pasos básicos que debes dar en esta búsqueda de alivio financiero:
Según explica el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), es recomendable renegociar deudas que se hayan contraído hace uno o dos años.
Infórmate también si puedes extender el plazo de la deuda o rebajar la cuota del dividendo sin tener que solicitar un nuevo crédito.
Infórmate desde el principio cuánto dinero deberás destinar a nuevos gastos operacionales o cobros asociados por hacer la reprogramación ante el banco.
Entre estos costos están:
- Nueva tasación de la propiedad.
- Gastos de notaría
- Reinscripción del crédito ante el Conservador de Bienes Raíces
- Impuesto timbres y estampillas
Averigua también si estos cobros quedarán incluidos en el monto final a refinanciar o deberás pagarlos por separado y a medida que se vayan realizando, sugiere Portal Inmobiliario.
¿Necesitas más plazo? ¿Cambiar la tasa? ¿Reducir la cuota? Tienes que tener claro a qué vas al renegociar.
Si no tienes claridad, consulta en la institución financiera bancaria y no bancaria cuáles son las condiciones para cada alternativa y cuál es el costo de la deuda total en cada caso.
En el caso de que necesites solicitar un nuevo crédito, recuerda que el monto final debe ser menor a la cantidad que ya estabas pagando con tu deuda original.
No se te cobrará la Tasa de Interés Máxima Convencional ni tampoco si los gastos de cobranza superan los topes establecidos en la ley, según explica el Sernac.
Después de renegociar, y aunque sea porque repactaste la tasa o porque te cambiaste de banco, tu deuda no debiese continuar publicada en los registros de morosidad (Dicom u otros), a no ser que nuevamente incumplas con los pagos.
Dependiendo del banco y del tiempo que llevas pagando el hipotecario, podrías verte en la necesidad de entregar todos tus antecedentes como si se tratara de un crédito nuevo, o bien sólo información que actualice los datos que el banco tiene sobre tí.
En el primer caso, deberás entregar todos los papeles que se te solicita cuando pides un crédito nuevo. Es decir, todos los documentos que demuestren tu capacidad de pago, como:
En el segundo caso, si eres persona jurídica o natural, deberás acudir a las siguientes instancias y solicitar:
Conservador de Bienes Raíces
Tesorería General de la República
Municipalidad o MOP
En tanto, si el trámite lo hace una persona jurídica, se recomienda entregar además:
Registro de Comercio
Apenas empezó el mes y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estás en cero o a punto de estarlo. ¿Sabes siquiera por qué?
Para saberlo, debes primero encontrar la raíz del problema de tus bolsillos vacíos.
Para eso responde las siguientes preguntas y ya estarás dando el primer paso hacia tu independencia y estabilidad financiera.
Muchas personas tienen claro cuáles son sus ingresos, pero no sucede lo mismo con sus gastos y compras.
A veces es tan simple como revisar detalladamente la cuenta corriente o la cantidad de boletas que abultan la billetera.
Otras veces no. Poner demasiada atención al detalle de tus ingresos y egresos sin contar con una estrategia o plan a largo plazo te hace perder la perspectiva global de tus finanzas personales.
Por eso, a medida que investigues cada flujo de entrada y salida de dinero, y por qué desaparece tan rápidamente, evalúa cuáles quisieras mantener, reducir, o eliminar; desde la plata para el pan hasta el PAC con el que pagas el seguro catastrófico, pasando por la compra de la bebida en el almacén de la esquina y la revisión técnica del auto.
Si no tienes claridad de los tiempos en los cuales gastas más, te sorprenderás cada vez que llegue fin de mes.
Así que responder esta pregunta cae de perilla tras haber hecho un estudio acabado de tu flujo de gastos. ¿Son todos inmediatos, o también hay cuotas de compras a crédito o deudas pasadas? ¿Estás ahorrando? ¿Pides muchos anticipos? ¿Demoras días o semanas en quedar con poco dinero?
Una vez que sepas bien cuáles son las fechas clave y cada cuánto tiempo ocurren:
Un ejercicio que no puedes dejar de hacer específicamente es calcular los grandes montos y los pequeños.
Los primeros son más fáciles de identificar y los tienes más presentes que los segundos. Posiblemente te preparas mejor para costearlos.
A los pequeños, en tanto, probablemente no les prestas mucha atención porque son esporádicos o bien son tan bajos que no los consideras importantes.
Pero son los gastos chicos los que terminan muchas veces dejándote en cero.
No te sorprendas si al sumarlos todos te das cuenta de que hacen una suma considerable. Una vez que lo tengas claro:
Podría suceder que estés destinando grandes cantidades de dinero a seguros y alternativas de ahorro como depósitos a plazo, APV o fondos mutuos, y estás quedándote con poco dinero en efectivo para cumplir con lo básico.
Si éste es el caso, reevalúa las cantidades destinadas, y programa tu ahorro según la cantidad de dinero que ingresas, no al revés.
Esto no significa que dejes de ahorrar; simplemente, hazlo según tus capacidades y flujos, conociendo tus períodos más intensos y los más tranquilos.
Si tienes un descuento automático para ahorro, considera programarlo en una fecha que no coincida con las cuotas de crédito o el descuento automático de la tarjeta de crédito.
Si tienes una pareja o familia que mantener, o sólo eres tú, debes saber con exactitud cuánto significa cada uno de ustedes en gastos.
Si quieres terminar con la angustia a fin de mes, es momento de hacer una reingeniería financiera.
Una vez que tengas claras las razones que te dejan “corto de plata”, enfócate en remediar la situación detectando exactamente cuáles son los gastos que más exprimen tu bolsillo.
Empezar el mes con un bajo presupuesto es una situación normal en la vida financiera de muchas personas.
Como vimos en la primera parte de este blog, para remediar tu situación debes identificar los gastos que más exprimen tu bolsillo.
Ahora veremos algunas medidas que pueden ayudarte a solucionar este problema.
Por ejemplo, según la última Encuesta Global sobre Confianza del Consumidor, Preocupaciones e Intención de Compra que realizó la compañía de estudios Nielsen, los chilenos están reduciendo el gasto en entretenimiento fuera del hogar.
Y es muy probable que éste sea el ítem que más necesitas mejorar para llegar a fin de mes.
Para solucionar tus problemas de dinero, debes empezar respondiendo las siguientes preguntas:
Antes de comprar cualquier cosa, es esencial que te cuestiones si realmente lo necesitas. Puede ser una pregunta básica, pero en muchas ocasiones olvidamos hacerla por el impulso de comprar.
Probablemente, si no está dentro de tus gastos fijos, la respuesta será "no". Esta pregunta te ayudará a tomar una decisión más consciente y responsable. Evita “aprovechar” las ofertas y promociones que parecen muy convenientes, pero sean quizás completamente innecesarias para ti en ese momento.
Si decidiste hacer una compra a pesar de tener un presupuesto apretado, lo principal es cotizar y comparar. Puede que en otro momento del mes o a fin de temporada, el mismo producto esté con descuentos.
Actualmente existen plataformas que ayudan a hacer una comparación de precios online, como Knasta o SoloTodo, por lo que en pocos minutos puedes encontrar el lugar más conveniente para un determinado producto.
Asimismo, te recomendamos revisar los descuentos a los que puedes acceder. Los bancos,cajas de compensación y compañías telefónicas, entre otras, suelen tener descuentos en comercios asociados. Usa estos beneficios cada vez que puedas.
Para nadie es cómodo analizar por qué el presupuesto mensual no alcanzó, pero es esencial si quieres evitar que esto se repita el próximo mes. Sólo analizando detalladamente tus gastos podrás entender en qué momento te saliste del plan.
Ya te comentamos cuáles son las razones típicas de por qué quedas corto de plata, y te recordamos que es importante que para no destines más de 10% de tu sueldo a los "gustitos". De esta forma, podrás evitar quedar con la cuenta en negativo.
Si terminas el mes muy apretado o con dinero en contra es evidente que hay algo mal en tus finanzas personales y planificación.
¿Qué porcentaje de tu sueldo destinas para los gastos fijos? Éstos son todos aquellos que debes mantener mes a mes. Bajo este ítem puedes considerar el arriendo o dividendo, colegiatura, pago de créditos, etc.
Aunque parezca una tarea complicada, hacer este cálculo es muy fácil. Incluso existen páginas web como la del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), que ayudan a contabilizar todos los ingresos y egresos de una persona. De esta manera tendrás claro si realmente puedes costear el estilo de vida que llevas.
Asimismo, debes considerar un porcentaje para los gastos variables que debes cubrir mes a mes. En este concepto debes incluir desde los regalos hasta salidas a comer. Lo principal es que tengas un estimado, para que puedas planificarte.
Evitar malos ratos a fin de mes es muy fácil si empiezas a ordenar los gastos. Discriminar entre lo necesario e innecesario es clave en este proceso.
Aunque todos tenemos gastos inesperados, siempre hay que determinar un monto para cubrirlos. Ésta es la mejor manera de tener una planificación y darte un gustito sin arrepentirse después.
Cuando pidas dinero al banco u otra entidad financiera, nunca debes olvidar ciertos indicadores que te llevarán a tomar la mejor decisión.
Uno de ellos es el CAE o Carga Anual Equivalente. ¿Qué es el CAE? En términos simples es un indicador que permite comparar las distintas ofertas de las entidades financieras que hay en Chile.
Al ser una cifra homologada es posible definir en qué lugar ofrecen el crédito más conveniente.
En otra palabras, gracias al CAE ya no es complejo comparar productos financieros.
La Carga Anual Equivalente se hizo obligatorio gracias a la ley 20.555, con el objetivo de hacer de los productos financieros bienes fácilmente comparables.
En todo contrato de crédito o tarjeta de crédito es obligación que el CAE esté informado. De esta forma no puede modificarse después de haber sido contratado. Es decir, es inalterable y debe mantenerse así durante la vigencia del crédito.
¿Y qué muestra el CAE? El costo del crédito en un año, independiente del plazo que se haya convenido para el pago de esta obligación.
Este indicador se expresa en porcentaje y así se arrojará en cotizaciones, contratos de crédito y la hoja de detalle.
Si tomamos créditos por la misma cantidad de dinero y pactados en el mismo plazo, siempre será más conveniente el que tenga la Carga Anual Equivalente más baja.
¿A qué se aplica el CAE? A créditos hipotecarios y de consumo, tarjetas de crédito, créditos universitario y todos los créditos de casas comerciales.
Si te preguntas cuál es la diferencia entre el CAE y la tasa de interés, la respuesta es que el CAE junta todos los costos del crédito en una “bolsa” y los muestra en un sólo porcentaje.
Incluso suma los seguros asociados al crédito hipotecario y también aquellos gastos o cargos por productos que la persona haya contratado de manera voluntaria.
En resumen, lo que conforma el CAE es el dinero solicitado, la tasa de interés, el plazo del crédito, los cargos propios -que van desde gastos operacionales al valor de la estampillas y timbres.
También incluye todo los servicios extra que hayan sido contratados de manera voluntaria -por ejemplo, seguro de cesantía, desgravamen, entre otros-.
Otro factor a considerar a la hora de pedir un crédito es el Costo Total del Crédito. El CTC corresponde a -como su nombre lo dice- la totalidad que deberá pagar el usuario.
La diferencia del CTC con el CAE es el período de tiempo que considera. El CTC es la cifra total que habrás pagado al banco al finalizar el crédito.
Estos indicadores son complementarios y ambos fueron creados para que las personas puedan elegir la mejor alternativa, dado que las diferencias entre entidades financieras son importantes.
Por ejemplo, si el CAE de un primer banco es de 19% y el segundo banco es de 15%, la segunda opción será la más conveniente.A modo de ejemplo: si pido un crédito por $1.000.000 en 12 cuotas, sin seguros, con impuestos, timbres y estampillas de $8.077, gastos notariales de $1.556 y una tasa de interés mensual de 1,29%, el Costo Total del Crédito (CTC) será de $1.097.791.
En este caso el CAE es de 17,59%.
¿Cómo pedir un préstamo? ¿Cómo saber cuál es el crédito más conveniente? ¿Cuál es la mejor manera de elegir un crédito?
Son varias las aristas y variables que debes considerar cuando pides dinero a un banco u otra institución financiera.
Porque tu éxito financiero está en los detalles, y en este caso los detalles son los montos y plazos, costos asociados, modos de pago y castigos por demoras, entre otras características.
Así que te recomendamos que, con lista en mano, compares todos los requisitos de cada crédito de dinero que pidas, ya sea si vas a pedir un crédito de consumo, hipotecario o comercial.
Para que esta comparación sea útil, sigue estos consejos:
Variables | Crédito 1 | Crédito 2 | Crédito 3 |
1. Institución (banco, caja de ahorro o cooperativa) | |||
2. Producto (tipo de crédito) | |||
3. Monto máximo permitido | |||
4. Tipo de cuota (fija o variable) | |||
5. Valor Cuota (en pesos o UF) | |||
6. Tasa de interés (mensual y anual) | |||
7. Documentación (antecedentes personales y comerciales) | |||
8. Plazo máximo permitido | |||
9. Periodo de gracia (plazos) | |||
10. Carga Anual Equivalente (CAE) |
|||
11. Costo Total del Crédito (CTC) |
|||
12. Seguro de Desgravamen | |||
13. Costos asociados |
|||
14. Periodicidad costos asociados | |||
15. Garantías | |||
16. Accesibilidad (sólo online o sucursal) | |||
17. Penalidades |
|||
18. Modos de pago |
|||
19. Pago anticipado | |||
20. Repactación | |||
21. Pago de deuda (PAC o PAT) | |||
22. Aval o copagador |
|||
23. Información adicional (descuentos, beneficios adicionales, etc.) |
Para que manejes mejor tus finanzas personales, debes conocer bien tus derechos y deberes como consumidor y deudor en Chile.
La información entregada en esta guía te empodera con ese objetivo.
Conocer esta información te permite saber qué hacer frente al pago de deudas atrasadas, la compra de productos con imperfecciones o en mal estado, o bien cuando ocupas la línea de crédito o repactas un crédito hipotecario.
Descarga la plantilla y pon en regla tu presupuesto.
DESCARGAR