Ir tras objetivos más desafiantes para mejorar el potencial de crecimiento en tu pyme es la mejor forma de evitar su estancamiento y desaparición del mercado. ¿Cómo y cuándo hacerlo?
La diversificación es clave para lograrlo. En el siguiente blog te explicamos más sobre cómo funciona esta estrategia y cuándo deberías implementarla.
Para mantener la competitividad de tu negocio, es necesario que encuentres el mejor momento para mirar hacia nuevos horizontes y poner en marcha un plan que le permita generar más y mejores resultados.
Tiene que ser uno que apueste por nuevos productos y clientes. ¿Cómo lograrlo? Pues, diversificando.
Cuando las empresas desean transformarse y expandirse para aprovechar mejor sus oportunidades de negocio, surge la necesidad de diversificar.
De acuerdo al portal EmprendePyme, la diversificación empresarial se basa en la aplicación de estrategias de crecimiento con el objetivo de ampliar el campo de actividad en el que actúa un negocio.
En otras palabras, consiste en ofertar nuevos productos o servicios en el mercado para atender a otro segmento, o en su caso, al mismo pero desde otros ángulos y ofertas de valor.
La revista Forbes señala que los beneficios de diversificar la cartera en la empresa son:
En resumen, una estrategia de diversificación bien implementada:
Cuando exista una oportunidad. Pero no es llegar y hacerlo.
Para llevar a cabo una estrategia de diversificación, primero es necesario analizar el negocio para conocer su situación actual y potencial. Tomando en cuenta esto, recién puedes planificar.
En este proceso, armar un modelo de negocio enfocado en diversificación es crucial.
Según la publicación de Startups, es aconsejable considerar la diversificación hasta que tu negocio sea estable y rentable, de lo contrario estarías comprometiendo negativamente tus finanzas y tiempo.
Asimismo, este portal señala que es vital que investigues con anticipación a los nuevos mercados a los que deseas incursionar, para que preveas la reacción de los clientes y mercados ante los nuevos productos o servicios.
Una vez que detectes las oportunidades de diversificación dentro de tu empresa, ahora el siguiente paso es determinar qué estrategias desarrollar para lograrlo.
EAE Business School establece que los principales tipos de diversificación que existen en función de la actividad comercial son:
Combina dos o más actividades que guardan algún tipo de relación a nivel tecnológico, comercial o productivo.
Ejemplo: un fabricante de teléfonos móviles que se expande al mercado de las tablets.
Las actividades son completamente nuevas en la empresa y no guardan ninguna relación con los productos o servicios que ofreces hasta el momento.
Ejemplo: una empresa de construcción que incursiona en la fabricación de telas.
La empresa pone a la venta productos nuevos en mercados que guardan relación con el espectro comercial en el que opera; el formato es diferente, pero el objetivo es el mismo.
Ejemplo: un restaurante de hamburguesas que añade juguetes a sus paquetes de comida.
La empresa entra de lleno a la elaboración de productos a los que antes accedía a través de terceros; de cierta manera se convierte en su propio cliente o proveedor.
Ejemplo: una compañía de helados que compra una granja lechera.
Consiste en la producción de nuevos productos, casi siempre dentro de la misma línea de los que ya existen.
Ejemplo: una marca de refrescos de menta que amplía su gama productiva al lanzar la misma bebida con sabores a limón y naranja.
Supone la elaboración de nuevos productos, aunque con la diferencia de que estos no guardan ninguna relación con los tradicionales. Es propia de empresas grandes.
Ejemplo: una empresa especializada en la creación y producción de películas infantiles amplía su negocio a la construcción de parques temáticos.
Esta es una de las estrategias por excelencia para impulsar sus planes de expansión, ya que permite aprovechar su potencial para atender otro tipo de demandas y dirigirse a nuevos consumidores.
Tu labor como empresario es decidir cómo hacerlo en función de tu filosofía y oportunidades. Tu negocio debe ser capaz de, además de generar ingresos, permanecer. Quedarte estancado nunca es una opción.