Si crees que puedes usar tu cuenta corriente personal para administrar los dineros de tu empresa, piénsalo otra vez.
Muchos emprendedores en Chile adoptan esta práctica mientras esperan la respuesta del banco sobre su solicitud de una cuenta corriente empresas, o bien porque el banco rechazó su requerimiento. Otras veces es para ahorrar costos porque no quieren tener cuentas separadas.
Sin embargo, lo que comienza como una práctica temporal termina convirtiéndose en un mal hábito del cual cuesta desprenderse.
Aunque seas la persona más organizada financieramente, usar tu cuenta personal para administrar las platas de tu empresa terminará perjudicando al negocio porque:
- Cuentas poco claras. Estás mezclando el dinero personal con los de la empresa. Aunque al inicio muchos emprendedores usan el ingreso del negocio como “sueldo”, puede prestarse para malos entendidos y generar confusiones contables y tributarias.
- Menor puntaje. Los movimientos de dinero y pagos de deudas sólo dejarán marca en tu historial financiero personal, mientras que tu empresa no tendrá su propio historial para mostrar al banco.
- Malas juntas. Si tu historial financiero está dañado por sobreendeudamiento o malos hábitos de pago de préstamos, esto dañará las oportunidades de tu empresa al solicitar un crédito comercial.
- Adiós al saldo mínimo. Dado que estarás ocupando el dinero en la cuenta para costear tus gastos personales y las cuentas de la empresa, es muy posible que ocupes todo el dinero y nunca quedes con un colchón.
- Sobreendeudamiento. Si tienes contratados el pago PAC o PAT, tanto tus deudas personales (crédito, tarjeta, línea de crédito) como las de tu empresa podrían ser automáticamente descontadas desde la misma cuenta corriente, lo que puede generar mayor estrés y sobregiros en la línea de crédito o línea de emergencia.
- Incomodidad para clientes. Muchos clientes cuestionarán por qué están escribiendo un cheque o haciendo una transferencia a una cuenta personal, en vez de a una cuenta con el nombre del negocio. Incluso, puede restar seriedad al negocio.
Ahora bien, independiente de tus razones, si decides continuar ocupando tu cuenta corriente personal para administrar tu empresa, te recomendamos sigas estos consejos:
- Separa las aguas. En tu mismo banco, solicita una cuenta vista para administrar ahí tu dinero personal. Reduce la posibilidad de mezclar dineros y deja la cuenta corriente con sus tarjetas y líneas asociadas sólo para la gestión de tu empresa. Te resultara más fácil todavía si eres una Pyme.
- Prepaga tus deudas. Aprovecha de ordenar tus finanzas personales, prepagando la mayor cantidad de deudas inmediatas que tengas (tarjeta de crédito y línea) y renegocia las cuotas de tu crédito para evitar potenciales retrasos.
- Mantén un saldo mínimo. Apóyate en el flujo constante de ingresos de tu empresa que entrará y saldrá de tu cuenta, fijando un monto mínimo como saldo mensual. Descarta ese colchón para gastos y tenlo en mente sólo para necesidades de la empresa.
- Arma tu propia cartola. Sácale el jugo a la cartola del banco para ordenar tus ingresos, separando los gastos y abonos. De ésta, crea tu propia cartola personal y una paralela para la empresa en un Excel, y anda viendo cuánto ocupas tu cuenta para fines propios en comparación con los de tu negocio.
- Separa tus cuentas por pagar. Aprovecha que casi todos los servicios básicos te dan la opción de pagar las cuentas mediante el descuento directo en tu cuenta corriente o tarjeta de crédito (PAC o PAT). Asigna uno para tus cuentas de la empresa y el otro para tus cuentas personales.
- Personaliza las transferencias. Pídele a tus clientes que en la descripción de sus transferencias electrónicas estipulen claramente que se trata de un pago a la empresa. Haz lo mismo con tus transferencias personales, asignándoles una clasificación o terminología que sea fácil después para ti identificar.
Todas estas buenas prácticas te ayudarán a reducir la posibilidad de confusiones y malos entendidos con tu banco, con tus clientes, y tus cuentas personales.
Y siempre ten en mente que todo lo que hagas o deshagas con tu cuenta corriente puede beneficiar o dañar tu historial financiero como persona y como emprendedor.
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