Son muchas las razones por las que las personas deciden iniciar su propio negocio. Desde cambiar al mundo hasta mejorar una experiencia de producto o servicio; incluso, por aburrimiento.
Todas son válidas.
No obstante, no todas las personas tienen el carácter o personalidad para tener, menos dirigir una empresa.
Ciertamente, nada les impide desarrollar estas habilidades en el camino, pero se sumará a un proceso de aprendizaje que ya es arduo y desafiante.
¿Tienes lo que se necesita?
Te invitamos a responder estas preguntas básicas, agrupadas en cuatro aspectos clave que te ayudarán a evaluar si es el momento de dar este importante paso en tu vida profesional.
1. ¿Mi idea es buena?
Ten cuidado con enamorarte de tu idea de negocio. Todos los emprendedores lo hacen; si bien ayuda mucho confiar en que tu proyecto es posible, enceguecerte y descuidar las alertas que indican lo contrariesto terminará por llevarte al fracaso.
Fracasar en un negocio no es malo, pero no todo el mundo está dispuesto o preparado a enfrentarlo.
Debes tener presente varios factores al momento de basar tu futuro personal, profesional y económico en tu próximo emprendimiento:
Es la pregunta que cae de cajón. Todos los sueños y planes de tu emprendimiento pueden ser increíbles pero quedar nada si no hay financiamiento para concretarlos.
Hazte las siguientes subpreguntas para aclarar bien en qué situación monetaria estás y cuáles son las proyecciones financieras para tu negocio:
A algunas personas les gusta tomar decisiones, a otras no. Ten en consideración esta característica al momento de evaluar independizarte.
Si tu respuesta es sí, tampoco des por hecho que será fácil. Si trabajaste para terceros antes, la toma de decisiones es distinta a cuando lo haces por tu cuenta.
Así que responde primero estas preguntas secundarias para asegurarte:
Es importante estar en un buen momento personal, de salud y económico al momento de formar tu propio negocio.
Al principio deberás preocuparte de todo, desde darle forma a la idea de negocio y concretar las reuniones con clientes, hasta pagar las cuentas. Este proceso te exigirá física y emocionalmente durante un buen tiempo, y te demandará más tiempo y dedicación de lo normal.
Para saber si tienes la entereza que te permitirá superar esta etapa en buen pie, responde las siguientes preguntas:
No te desanimes si respondes más “no” que “sí”. Tampoco te confíes demasiado si respondes positivamente a todo.
Estas preguntas te permitirán conocer en qué estado estás para empezar tu propio negocio.
Si considera que te faltan capacidades, siempre puedes actualizar tus conocimientos y habilidades con alguna capacitación o estudiando alguna carrera. Incluso, pedir ayuda de familiares y conocidos que tengan su propio negocio; su experiencia será valiosa.
En cambio, si no te sientes preparado por algún problema emocional o personal, es recomendable que resuelvas ese tema primero antes de iniciar un proceso que podría ahondar o empeorar las cosas.
La idea es que tu negocio no termine siendo una dificultad, sino una ayuda para que te desarrolles plenamente como persona y profesional.