El sueño de la casa propia se ha hecho realidad gracias a las variadas posibilidades del mundo crediticio de hoy. Si quieres saber cómo solicitar un préstamo hipotecario para una vivienda usada, entonces sigue leyendo este blog.
Comprar una casa no es algo que se piense todos los días y por eso es tan recomendable que, si estás pensando hacerlo, te informes exhaustivamente con el objetivo de evitar pagar de más.
Y es que el mercado inmobiliario está experimentando una fuerte distancia entre los precios de los inmuebles y el poder de compra de las personas, dicen los expertos. Esto, debido principalmente a factores como el acceso al suelo, el precio de los materiales y el cobro de la mano de obra.
Sin embargo, las personas siguen añorando el sueño de la casa propia, sobre todo considerando los múltiples beneficios que conlleva comprar tanto una vivienda nueva como una usada.
Esta última opción, porque no sólo es un lugar habitable o el que se puede arrendar, sino que también un espacio que es posible reformar para posteriormente vender a un mayor precio.
Cualquiera que sea tu motivación de compra, el crédito hipotecario es una gran alternativa para su financiamiento.
¿Por qué comprar una casa usada con crédito hipotecario?
Considerando lo expuesto anteriormente en el sentido que una compra de esta magnitud requiere de un alto poder adquisitivo, es que para muchas personas resulta conveniente adquirir una casa mediante este tipo de financiamiento.
Acorde a la definición que la misma CMF realiza, el crédito hipotecario es un préstamo pensado para ser devuelto en el mediano o largo plazo, y que se otorga por parte de una entidad financiera para la compra, ampliación, reparación o construcción de una vivienda, adquisición de sitios, oficinas o locales comerciales.
No obstante, un producto de este tipo también puede ser otorgado para “fines generales”, esto es, para utilizar el dinero en los proyectos que el cliente que recibe el dinero desee llevar a cabo.
¿Cómo solicitar un crédito hipotecario para propiedades usadas?
Es necesario que consideres que la entidad financiera que otorga el préstamo debe tomar todas las medidas necesarias para asegurarse que la persona sea capaz de pagar el dividendo.
Además, el contratante -o sea, tú- debe analizar las diversas alternativas que existen en el mercado para elegir la más conveniente de acuerdo a sus posibilidades, así como considerar los siguientes consejos.
1. Simula y compara
Al igual como el Sernac recomienda hacerlo con los créditos de consumo, antes de solicitar un préstamo hipotecario, debes cotizar, comparar e informarte bien sobre lo que ofrece el mercado.
Para ello, los bancos disponen de simuladores en sus sitios web, en los que podrás obtener datos como los montos y plazos estimados para saber si efectivamente puedes pagar el dividendo (por lo general, se recomienda que éste no supere el 25% de tu ingreso).
También es importante que preguntes todo lo que no entiendes y que también averigües cuáles serán las condiciones generales del producto, el costo total del crédito, el CAE e incluso los costos asociados como comisiones e impuestos.
Finalmente, como se trata de un crédito que se pagará en un plazo mediano o largo, es importante que te plantees aspectos como cuáles son tus expectativas futuras de ingreso y/o con qué pie o monto de tu bolsillo cuentas para esto.
2. Elige bien el plazo de tu crédito
Además de evaluar tu proyección laboral, es fundamental que consideres el contexto económico del momento para estimar cuál será el mejor tiempo para pagar el crédito que te permitirá obtener una vivienda.
Independiente de la institución financiera que elijas, debes saber que la fecha tope de plazo que ofrecen estas en Chile es de 30 años, siendo 5 años el tiempo mínimo para pactar en este tipo de préstamos.
Si bien el ideal de muchas personas es pagar en la menor cantidad de tiempo posible, ya que el riesgo para los bancos para recuperar su dinero es menor y, por ende, el costo del crédito es más bajo; es importante reconocer lo positivo de un plazo mayor.
Y es que al extender el plazo a 25 o 30 años harás más llevadero el pago del dividendo mes a mes. Y esto, pensando en los valores actuales de las propiedades, resulta lo más adecuado para una realidad de ingresos promedio.
3. Evalúa que esté todo en regla
Antes de dar el gran paso comprando una casa usada, es necesario que te informes de cada detalle sobre su situación pasada y actual, de manera tal de tener la certeza de que estás haciendo una buena inversión.
Quizás la institución financiera que te otorgará el crédito hará una serie de trámites relacionados para resguardarse. No obstante, lo mejor es que tú también hagas la confirmación de los siguientes trámites:
- Solicita un certificado de hipotecas, gravámenes y prohibiciones para obtener información acerca de hipotecas, servidumbres, usufructos y embargos.
- Considera pedir un certificado de dominio vigente para comprobar que efectivamente el vendedor de la propiedad usada sea el dueño de la misma.
- Gestiona un certificado de deuda de contribuciones de bienes raíces para certificar que el inmueble que estás por comprar no tiene deudas de este tipo.
- Evalúa tramitar un informe de no expropiación que te asegure que la vivienda esté libre de este tipo de conductos de la Dirección de Vialidad.
- No es malo que le solicites al vendedor el avalúo comercial del inmueble para saber el valor real de lo que estás comprando.
Y lo más importante: ¿es la mejor inversión?
Cuando además de todo lo mencionado anteriormente, aprendes que los costos de tasación, estudios de título y promesa de compraventa, gastos notariales y de inscripción, entre otros, son incluidos en el préstamo hipotecario -en algunos casos, compartidos con el vendedor-; y todavía así te parece que la decisión de compra vale la pena.
Entonces estás listo para comenzar a concretar el sueño de la casa propia.
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