¿Tienes la idea de que después de cierto tiempo las deudas desaparecen y quieres saber cómo funciona esto? Lo cierto es que hay algunos malos entendidos respecto a la prescripción de la deuda, pero no te preocupes porque en este artículo te explicamos a detalle las implicaciones legales y económicas de este mecanismo.
Lo primero: las deudas no desaparecen
Ninguna deuda deja de serlo hasta que se paga, así lo declara el Servicio Nacional del Consumidor en su “Diccionario del Deudor”.
¿Por qué se piensa que una deuda tiene fecha de vencimiento?
Sucede que lo que prescribe, es decir, que después de un tiempo determinado por la ley deja de tener efecto, es el derecho de la persona, empresa o entidad financiera a perseguir el cumplimiento de una deuda, explica el mismo documento del SERNAC.
¿Qué es lo que prescribe?
En Chile primero prescriben los documentos que dan derecho al cobro de una deuda, tal como explica el “Diccionario del Deudor”.
Por ejemplo, de acuerdo con la Ley 18092, los pagarés y las letras de cambio prescriben después de 1 año desde que se dejó de pagar la primera cuota y desde que venció la letra, respectivamente.
En cambio, los cheques prescriben después de 1 año de que el acreedor protestó el documento que no pudo cobrar, tal como explica Rankia.
¿Si el documento prescribe desaparece la deuda?
No. Un acreedor aún puede realizar acciones de cobranza, en este caso a través de una demanda, antes de que pasen 5 años.
Si en este plazo la empresa o entidad financiera te demanda, se suspenden los plazos de prescripción, pero si no hay demanda alguna la deuda prescribe.
La prescripción de la deuda no es automática
Si la empresa o entidad financiera no realiza acciones de cobranza judicial en los tiempos establecidos puedes alegar la prescripción, tal como explica la CMF.
Para ello tienes que acudir a los tribunales con los documentos que respalden que las fechas establecidas ya pasaron.
Este proceso no es inmediato (dura entre 3 y 6 meses), pues tu caso será analizado y al final tu solicitud puede ser aprobada o rechazada.
Finalmente debes saber que este proceso implica gastos judiciales y los honorarios del abogado que lleve tu caso.
No es conveniente esperar, mejor salda tu deuda
Salir de una deuda no es imposible, aún cuando el panorama se ve difícil. Si te ves en esta situación, pon en práctica estos consejos:
- Reconoce todas tus deudas o cuentas por pagar.
- Ubica tus entradas de dinero.
- Identifica el dinero que puedes destinar para cubrir tu deuda.
- Cancela los servicios que no sean básicos y reduce tus gastos.
- Ponte en contacto con tu acreedor para ver si es posible negociar una solución.
Prioriza tu tranquilidad
Como ves una deuda mal gestionada solo trae inconvenientes y no es sencillo lograr que prescriba, pues requiere, de cualquier forma, tiempo sin que tu acreedor ejerza una acción de cobranza, trámites ante tribunales y los gastos que estos conllevan.
Ahora bien, nadie está exento de endeudarse y no saber cómo solucionarlo, pero manteniendo buenos hábitos financieros, y con la disciplina necesaria para cumplir con ellos, reduces el riesgo de pasar por este trago amargo.
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